jueves, 2 de abril de 2015

Cap. 4: Meet people.



-Qué linda gente.
Resultaba gracioso ver como Bianca se emocionaba viendo cómo iban llegando los invitados a la gran sala de la premier. Soltó algunas exclamaciones al ver qué renombradas figuras de la escena entraban a su mismo lugar. Estaba bien que Bianca fuera famosa, pero nunca dejaría de idolatrar a sus superiores.
-¡Oh, puta madre, es Sophia Loren!
Esta vez Dianne se interesó y también se recargó en la barra. -¿Qué hace acá?
-Tal vez vino a vernos, si nos re ama.
Dianne se golpeó la frente y agudizó su vista. Sí era ella. Sonrió por dentro y por fuera.
-Somos lo máximo, chóquelas -dijo Bianca, poniendo su mano como para que Dianne la choque. Al principio se negó, haciendo un revoleo de ojos, pero cuando se decidió por hacerlo, Bianca apartó la mano con una gran ‘’O’’ formada en su rostro.
-¡NO! -exclamó cuando vio a gente particular entrar por la puerta, y en ese momento Dianne movió su mano y terminó por golpear el rostro de Bianca. Todo fue muy rápido-. Auch.
-¿Qué? ¿Qué pasa? -preguntó ella viendo si de esa forma se libraba de lo que le iba a decir.
-Te lo perdono por esta vez… -musitó Bian-. Pero sólo porque son… The Beatles.
-¿The Beatles? -Dianne de nuevo se apoyó en el barandal, y esta vez tan bruscamente que cualquiera diría que se iba a suicidar-. ¡Los tipos más famosos del mundo!
Entrecerró los ojos y buscó con la vista a esos cuatro supuestos melenudos, pero no los veía por ningún lado. A continuación puso su mano en la frente de Bianca.
-¿Te sientes bien? -preguntó-. ¿Seguro que no estás delirando?
Bianca le apartó la mano con brusquedad. -¡No! ¡Tal vez la que se sienta mal seas tú, están ahí! -y señaló una esquina del salón, y ahí los pudo ver. Vaya, sí que se movían rápido esos chicos.
-Ah -se rascó la barbilla-. Ya los veo.
-Ay, qué cabecita de novia -rió ella y le apretó los cachetes. Acto seguido, bajó las escaleras para, seguramente, ir a saludarlos.
[Esta chica nunca se cansa…] pensó ella, y se fue a hablar con su compañero de rodaje Isaac.
-¡Hey! -saludó, acercándose a él.
-¿Viste quién está? -dijo él, sin prestarle atención.
-¿The… Beatles?
-¡Exacto! -y entonces se fue corriendo siguiendo el mismo camino que Bianca.
Dianne se encogió de hombros mientras daba un chasquido con la lengua. Caminó hasta Damián y compañía.
-Oigan, ¿escucharon quién vino? -preguntó uno de ellos emocionado, antes de que Dianne pudiera abrir la boca para decir ‘’hola, ¿qué hacen?’’.
-Sí -respondió otro.
-¿Quiénes vinieron? -preguntó Damián inexpresivo mientras toqueteaba una cámara muy deluxe.
-The Beatles, creo.
-¿The Beatles? -Damián miró a Dianne?-. ¿The-Beatles?
-The Beatles -dijo ella moviendo la cabeza a modo de respuesta.
-Esos tipos son fantásticos -al hombre ese sólo le faltaba una estrella en cada ojo, porque se notaba a distancia su fanatismo.
-Pues si tanto te emociona, ve a verlos -masculló Dianne un poco perturbada.
El hombre se levantó y le lanzó una mirada al otro para que haga lo mismo.
-Hey hey -dijo Damián parándolos con la mano-. Ustedes no van a ningún lado, tienen que seguir ayudándome con esta porquería.
-Es una cámara, sólo le das click y funciona.
-¿Sí? Pues a ver, hazlo tú.
El hombre hizo un puchero y se vio más infantil que cualquier niño de cinco años. Parecía una de esas caras que hacen los niños cuando no se aguantan el pis. En su caso, no se aguantaba las ganas de ver a The Beatles.
-Albert -Dianne lo tomó del brazo y lo miró directo a los ojos-. No hagas caso lo que dice este, vayan.
Y finalmente Damián los dejó ir.
-¿Pero qué te pasa? ¿Acaso yo digo algo para que tú digas lo contrario? ¿Eh?
-Dam -Dianne le colocó la mano derecha en su hombro-, no tengo ganas de pelearme contigo hoy. Si quieres, lo dejamos para otro día, ¿ok? Discutir por culpa de unos tipos que usan peluca, qué es esto.
-Está bien, tienes razón. Pero ya es la tercera vez que se van corriendo para verlos.
-Te compadezco, me pasó lo mismo. ¿Qué demonios tendrán esos Beatles?
-Bueno, para empezar, los conoce todo el mundo, literalmente. Si no los conoces hay dos opciones: o no sos humano, o tal vez no seas humano.
-Wow, gran reflexión.
Una chica joven que trabajaba como asistente de Damián se acercó a ellos.
-Damián, ¿puedo…?
-Sí, ve de una vez.
La chica salió corriendo escaleras abajo corriendo como retrasada mental.
-Es una idiota, ¿por qué no la despides?
-Porque es linda…

*

Fue un éxito. Toda la gente se fue conversando e intercambiando opiniones sobre lo que habían visto y a Dianne, nada más le hacía feliz. Recibió varias felicitaciones de distintas personas, y algunas palmadas en el brazo. Estaba acostumbrada.
En la fiesta -cabe destacar que solían hacer alguna fiesta un poco más íntima en lugares privados después de una premier-, todo transcurrió tranquilo, hasta que entraron esos cuatro melenudos que le arruinaban la gloria a cualquiera. Bueno, sólo a Dianne, porque los otros estaban encantados de tenerlos ahí.
-¿Quién los invitó? -preguntó Dianne a Damián, cruzada de brazos y recargada en la pared.
-Tal vez tu amiguita -puso énfasis en ‘’tu amiguita’’. Bianca. Bianca Bianca Bianca.
-Bianca.
-Vaya, estás progresando.
-Oh, cállate.
Dianne fue hasta el jukebox, nada más para matar un poco el tiempo. El lugar era pequeño y ahí debía haber unas 20 personas… 24 con los fab four. Dianne lo hizo funcionar y, a la poca variación que había, eligió un tema de The Chiffons, He’s so fine. Porque el feminismo frente a todo.
-Creo que tienes lindos gustos musicales.
Giró la cabeza para encontrarse con…
-¿Sam? -preguntó extrañada y a la vez feliz-. ¡Sam, cómo estás!
Se abrazaron por unos segundos y después ella logró contestar.
-Obviamente no me dejaron entrar a la premier -Dianne puso los ojos en blanco pensando ‘’qué mierda de guardias de seguridad’’-. Pero vine acá porque en la carta que me mandaste pusiste la dirección.
-Oh, es cierto, no lo recordaba. ¿Cómo estás?
-¿Cómo estás? ¿Cómo estás Sam? ¡Cómo estás! Querida tranquilízate un poco.
-Hace meses que no nos vemos, ¿qué pretendes? -colocó las manos en su cintura.
-Nada, nada. Oye, ven, tengo que presentarte a alguien.
Comenzó a jalar del brazo de Dianne y esta se dejó por unos segundos, hasta que reaccionó y frenó, haciendo que los tironeos de Samantha fueran inútiles.
-¿A quiénes?
-Ven, ya lo verás -volvió a tirar de su brazo pero esta vez Dianne la dejó estar, aunque con cara inexpresiva-. Te va a gustaaaar.
Hablaba como si estuviera platicando con una beba que apenas sabía entender lo que estaba escuchando, y estuvo así hasta que logró llevarla al punto exacto. Lleno de gente apelotonada. Cuatro cabezas a lo escarabajo.
-¿Los conoces?
-Sí, los conozco -fue lo único que dijo, y después la metió de un empujón en el medio de las personas. Al reconocerla inmediatamente se apartaron y en menos de tres segundos no había ni Dios. Sólo ellos y Dianne.
-¿Hola? -sonrió como pudo pues pensaba que en cualquier momento moriría por tanta atención al mismo tiempo.
Los cuatro Beatles le estrecharon la mano sin sentirse intimidados, normalmente, como si estuvieran bebiendo el té de las cinco de la tarde. Dianne admiraba esa capacidad. ‘’Pero’’, pensó, ‘’ya deben estar acostumbrados’’.
Terminaba la canción de The Chiffons.
-Somos… -empezó Paul.
-Creánme que sé quiénes son, incluso más de lo que me gustaría -se cruzó de brazos-. Soy Dianne.
-También lo sabemos -dijo John, y fue la primera vez de muchas otras en las que veía esa sonrisa sarcástica tan típica de él.
-Somos tus fans, ¿sabes? En este momento te pediría que me firmes el brazo.
Ok… Eso le causó gracia.
Rió. -La última vez que lo hice, el vello que tenía no me dejó escribir nada.
-Uh… duro.
Notó que a uno de ellos siempre se le iba la vista a la mesa de comida. -Oigan… ¿qué es eso? -preguntó el chico señalando uno de los platos.
-Comelo -le respondió su amigo Richard/Ringo.


George Harrison movió la vista y sus ojos chocaron con los de Dianne. Ella sintió que podría caerse y él sintió como sus pelos se podrían poner de punta. Afortunadamente nada pasó. Sólo un ‘’chin chin’’.
-El dicho ‘’somos lo que comemos’’ no es aplicable para Harrison. Él ya se excedió demasiado.
The Beatles no le interesaban. Ok, tal vez sí, pero no quería admitirlo.
-Hey Sam, gracias por presentarme al fenómeno inglés más famoso del planeta… -vaciló-. Chau.
Se retiró con un mal sabor en la garganta, dejándolos a todos algo asqueados. Quizás, pensaron, era como todo el resto de las chicas de su estilo, tal vez sólo siguiera ese modelo único de las famosas. Tal vez.
-¿Y? -le preguntó Damián cuando la vio acercarse a él-. ¿Son divertidos…? Veo que igual caíste en sus telas eh…
-No-me-hables.
-Uh, ¿te dijeron algo fuera de lugar? Escuché que Lennon es algo as…
-No.
-¿Te vas a enojar el día del lanzamiento de la película?
Dianne se encogió de hombros y miró a otro lado. -Iré a fumar afuera. NO vengas -puso especial énfasis al ‘’no’’.

*

-Piedra, papel, o tijera.
Harrison: tijera. Lennon: piedra.
-Gané la primera, wooooooo.
George puso los ojos en blanco y se estiró los huesos. -Vas a ver.
-Piedra, papel o tijera.
Harrison: papel. Lennon: tijera.
-Si es que eres un looser, mi amigo -dijo, levantando las cejas-. Ahora cumple lo que dijiste.
Harrison hizo puchero. -¿En serio?
-Ve o le digo a todo el mundo que…
George abrió los ojos como platos y le tapó la boca. -¡NO! No, no… Ok, no.
Miró a todos lados por si es que había alguien que había llegado a escuchar algo. Por suerte, sólo Ringo y Paul los miraban desde lejos con un interrogante en el rostro, que venía siendo un ‘’¿Y? ¿Quién ganó?’’. Reputación salvada.
-Ufff -suspiró-. Está bien Lennon, pero no llames a ningún camarógrafo, no hagas nada. NADA -conocía a su amigo lo suficiente como para saber en qué estaba pensando-. Ya sabes, juego limpio. Tú cumples, yo cumplo.
Lennon levantó los brazos en señal de rendimiento, al otro lado de la sala los chicos los miraban con un ‘’¿qué les pasa, locos?’’ pintado en la cara. Se morían por saber qué pasaba, pero como habían ganado la apuesta, sólo podían quedarse ahí, a esperar.
-No tengo ganas de ir… -musitó, como empequeñeciéndose por dentro-. ¿Por qué no vas tú, alma bondadosa, vida ejemplar, máster de los másters?
-Porque -respondió él-. Vas a ir tú.
Empujó a George a la pista de baile, y él pudo ver como Dianne bailaba en joda con Damián e Isaac, otro colaborador de la película. A simple vista, no parecía tan plástica. Bueno, opinar sobre lo que es plástico y lo que no, estando en pareja con Pattie Boyd, no tiene mucho sentido. De todos modos George lo hacía. Los prejuicios son lo peor que puede existir entre dos personas, pero desgraciadamente había entre George y Dianne, y viceversa. También vio como ella les apoyaba la mano en el hombro a cada uno, y se retiraba. Miró atrás y vio como un Lennon muy decidido le decía con la mirada ‘’ahora o nunca’’ y pasaba su dedo índice por su cuello como señal de muerte. George se mordió los labios preguntándose como su amigo podía ser tan inmaduro. En todo caso, él también lo era por haber participado de la apuesta. Se dijo a sí mismo que nunca más volvería a apostar nada. Porque esto ahora le valía su dignidad.
Al principio dejó la oportunidad pasar, porque se fue directa al baño. Su mala suerte era legendaria. Tenía unas ganas inmensas de meterse debajo de una baldosa y no salir nunca más. Hasta parecía posible, pero alguien llamado John Lennon nunca lo dejaría. Las apuestas eran una de las pocas cosas que se tomaba en serio.
-Fracasado chicos, George es un fracasado -decía Ringo mientras se golpeaba la frente.
-¿Dónde aprendió a ser tan opa? ¿Ustedes? ¿Quién? -John también se golpeaba la frente.
McCartney, quien parecía estar más tranquilo y no tan avergonzado por el fracaso de su amigo, dijo con calma: -Esperen, van a ver.
En eso Dianne salió del baño con un respiro profundo. e había atado el cabello y sacado un poco de su maquillaje facial. Se veía muchísimo más bella y fresca. George se sentía tan inútil. Ella volvió al jukebox ignorando todo a su alrededor y decidió al fin poner un de las canciones más lindas consideradas por George: Blowin' in the wind de Bob Dylan.
Tomó aire, volvió a mirar a Lennon, que ahora estaba con sus amigos -que le hacían señas sin parar-, y volvió a tomar aire. ‘’Vamos George’’, se decía’’. ‘’Es una puta apuesta’’ (a veces, las puteadas le hacían ir para adelante). ‘’Se lo dices al final para no quedar tan mal… Apuestas y la puta que te parió’’.
Se acercó a ella que terminaba de colocar el tema, y le preguntó delicadamente:
-¿Quieres bailar?

* * *

¡Beauties! Acá están los dos caps como les dije.
Ayer se nos fue Cyn y… no sé bien qué hacer o decir. Ella era mi beatlegirl favorita, una luchadora incansable… Espero que allá arriba esté bien, sólo me queda dedicarle el capítulo a ella, aunque ni siquiera salió. :).
He de aclarar que la última escena del cap anterior la hice como un guiño a la relación de los Stones y The Beatles: dos bandas que me encantan. Pasa que el otro día visité una librería (me gusta mirar librerías) y había una zona con libros de música. Me fui directa ahí, obviamente, y me encontré con uno que decía algo como esto ‘’Beatles vs. Stones: la rivalidad más grande de la historia del rock’’. No me gustó eso porque pienso que ellos se llevaban bien y que todo eso de la rivalidad era sólo una cosa comercial. Pero que cada uno piense lo que quiere.
En fin, necesitaba hacer esta aclaración. Les deseo a todas que tengan un muy maravilloso abril, ya que hoy es la fecha dos, jajaja. Abril me encanta, y sí, lo digo por mi cumpleaños (¿por qué más si no?). 17 de abril. Espero que para esa fecha haya subido más caps. Eso sí, espero que les guste ;). Gracias a todas por leer, aprecio mucho lo que me escriben, las adooooooro con todo el corazón <3.
Lucy.